" Cada constitución legal es producto de una revolución. En la
historia de las clases, la revolución es un acto de creación política, mientras
que la legislación es la expresión política de la vida de una sociedad que ya
existe. La reforma no posee una fuerza propia, independiente de la revolución.
En cada periodo histórico la obra reformista se realiza únicamente en la
dirección que le imprime el ímpetu de la última revolución, y prosigue mientras
el impulso de la última revolución se haga sentir. Más concretamente, la obra
reformista de cada periodo histórico se realiza únicamente en el marco de la
forma social creada por la revolución." R. L.
"¿Qué podemos decir de la derrota sufrida en esta llamada Semana de Espartaco
a la luz de las cuestiones históricas aludidas más arriba? ¿Ha sido una derrota
causada por el ímpetu de la energía revolucionaria chocando contra la inmadurez
de la situación o se ha debido a las debilidades e indecisiones de nuestra
acción?
¡Las dos cosas a la vez! El carácter doble de esta crisis, la
contradicción entre la intervención ofensiva, llena de fuerza, decidida, de las
masa berlinesas y la indecisión, las vacilaciones, la timidez de la dirección ha
sido uno de los datos peculiares del más reciente episodio.
La dirección ha fracasado. Pero la dirección puede y debe ser creada de nuevo
por las masas y a partir de las masas. Las masas son lo decisivo, ellas son la
roca sobre la que se basa la victoria final de la revolución. Las masas han
estado a la altura, ellas han hecho de esta "derrota" una pieza más de esa serie
de derrotas históricas que constituyen el orgullo y la fuerza del socialismo
internacional. Y por eso, del tronco de esta "derrota" florecerá la victoria
futura." R.L.
| |
No hay comentarios:
Publicar un comentario