Rosa Luxemburgo

de Alejandra Arístegui . Esta obra fue estrenada en octubre del 2010, en el teatro del Artefacto, CABA. En ese momento Rosa Luxemburgo no era muy conocida en Argentina. La propuesta fue volverla visible desde una puesta estética y poder acercarnos a una mujer extraordinaria. Ella está refugiada en la casa de una familia que le da asilo político esa última noche, antes de ser asesinada,en el intento de revolución que ocurre en época de posguerra (noviembre 1918 - enero de 1919).

en Berlín, a los 100 años de su asesinato. Rosa Luxemburg Oper


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Con 100 años...Rosa Luxemburg aún rockea !!!!

y allí estaremos !!
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Alejandra Arístegui

Alejandra Arístegui
curriculum vitae

“El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo”

Fui, soy y seré (A propósito de “Rosa Luxemburgo”, obra de Alejandra Arístegui)

Fui, soy y seré  (A propósito de “Rosa Luxemburgo”, obra de Alejandra Arístegui)
Alberto Arias. www.signosdeltopo.com.ar

CRITICAS:Yo soy, yo fui, yo seré: el despertar de Rosa. por Sonia Jaroslavsky. Página 12.Junio 2011

CRITICAS:Yo soy, yo fui, yo seré: el despertar de Rosa. por Sonia Jaroslavsky. Página 12.Junio 2011
"...El acercamiento a la vida de Rosa Luxemburgo por parte de Alejandra Aristegui, actriz y directora de la obra que lleva el nombre de la militante revolucionaria y se puede ver en el Teatro Artefacto, llegó de la mano de un pequeño libro titulado Cartas de amor de Rosa Luxemburgo que su padre le había regalado diciéndole “esto es una joyita”. “Era su correspondencia desde jovencita hasta sus últimos días en la cárcel –cuenta Aristegui–. La dimensión poética y política de esos textos me llevó a pensar en la posibilidad de un espectáculo teatral inspirado en Rosa, en su grandeza de espíritu, en su aporte a las teorías revolucionarias. Porque, además, ella quedó casi invisibilizada en la historia y, peor aun, se puso el acento en sus ‘errores’ más que en sus aportes, algo francamente injusto. A través de mi investigación, creció mi admiración por la tenaz originalidad de su pensamiento, por su coherencia de ideas y su vida personal. Ella fue capaz de poner por escrito sus reflexiones en el mismo momento en que se desarrollaban grandes acontecimientos históricos, como la Primera Guerra. Rosa fue una de las pocas personas en oponerse, comprendiendo el sentido criminal y de depuración que tenía esta ‘gran conflagración’; cuestionó y denunció el riesgo en que podía caer el Partido Socialdemócrata Alemán (‘reforma o revolución’). Por otro lado, nunca dejó de conectarse con la vida, el arte, la naturaleza en todas sus manifestaciones. Aplico a Rosa lo que ella dice de Goethe: ‘La universalidad de sus intereses me hicieron ver que estaba ante una personalidad que forjaba su singularidad y llevaba a la acción su pensamiento, ejerciendo su derecho de estar en el mundo’.” Los textos que funcionaron como disparadores para el trabajo de Aristegui fueron Poder y desaparición de Pilar Calveiro, sobre las experiencias militantes y sobre la cárcel y las torturas: “En ese texto, Calveiro describe los recursos que utilizaron las mujeres para resistir en situaciones atroces. En las cárceles cada vez más alejadas adonde la mandaban mientras se desarrollaba la guerra, Rosa se conectaba con los crepúsculos y las tormentas, cantaba para los pájaros, los conocía a cada uno, armaba herbarios con las pequeñas hojitas que podía encontrar, sostenía una ininterrumpida correspondencia con sus amigas... Vivía el amor con absoluta libertad, pero sin alardear. No le fue fácil sostenerse, tenía una salud precaria, era renga, polaca, judía, mujer. Así fue que tomé la decisión de crear un espectáculo que la acercara al público, que ayudara a conocerla, a estimarla en sus distintas facetas, a través de situaciones representativas de su vida, bajo la forma de recuerdos que la asaltan en el último trayecto, hacia su asesinato y desaparición en el río. Descubrí que Rosa Luxemburgo era el nombre de guerra de Pirí Lugones y de Néstor Perlongher, y de directores de cine de festivales de Diversa. Relacioné su pasar por la vida con una frase de Foucault: ‘Desarrollen su legítima extrañeza’. Ella constantemente vuelve a la palabra ‘autenticidad’ y a la lucha permanente que ese concepto implica: forjar en palabras y en actos las propias convicciones humanistas e internacionalistas”.

Critica x el oraculo

http://barriodepalermo.blogspot.com/2011/05/critica-x-el-oraculo-rosa-de-luxemburgo.html

Julio Cortés (LuchArte)

http://po.org.ar/articulo/po1177014/rosa-luxemburgo-de-alejandra-aristegui

Sonia Jaroslavsky

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6519-2011-05-20.html

Crítica - Deborah Valado

http://www.showonline.com.ar/CriticaId.php?id=70

Crítica - Xul Lunar

http://criticasxullunar.blogspot.com/

Crítica - Buenos Aires Jaque Press

http://jaquematepress.blogia.com/2011/030601--rosa-luxemburgo-espectaculo-sobre-la-revolucionaria-polaca-en-teatro-del-artefa.php

Crítica - Por Eduardo D´ Argenio.

http://www.influenciasweb.com.ar/quehicimos.html

Crítica - Luna Teatral

http://lunateatral.blogspot.com/2011/03/rosa-luxemburgo1-de-alejandra.html

La Maza, Teatro por A. Roldán

UNA ROSA QUE CONMUEVE

En el Teatro del Artefacto, por segunda temporada consecutiva, Alejandra Aristegui protagoniza “ROSA LUXEMBURGO”, obra que le pertenece y dirige y que presenta en su conmovedora integridad humana y política a la revolucionaria polaca. Si bien toda la obra transcurre en un pequeño cuarto del hotel Edén, en Berlín, en lo que sería su última noche antes de ser asesinada por los “socialistas” traidores al servicio de la burguesía alemana, es su vida entera la que desfila ante el espectador en poco menos de una hora. Mujer, polaca, comunista anti autoritaria, feminista, brillante oradora y escritora y, por encima de todo libertaria, energía pura al servicio de la revolución, era el blanco anunciado de un crimen que mancharía para siempre a la patria de Carlos Marx. La obra la muestra, a la vez, como la mujer enamorada aguardando el regreso de Leo jogichs, la que está atormentada por el curso desfavorable de la revolución y la que se niega a esconderse suponiendo que lo que le aguarda es la cárcel y no las aguas de un riacho berlinés. Ahora, cuando muchos nuevos y jóvenes militantes de la izquierda revolucionaria comienzan a redescubrir su obra, sepultada convenientemente por todos aquellos “izquierdistas” a los que criticó con fiereza desde una implacable defensa del socialismo como expresión de la libertad humana, es grato, necesario y recomendable acceder a Rosa desde ésta conmovedora puesta teatral que nos ofrece Alejandra Arístegui.

Crítica

Pan y Teatro. Radio Ciudad. sept.2010. Moira Soto

Con una mística y una perseverancia dignas del personaje elegido para representarlo en escena, Alejandra Arístegui viene trabajando desde hace años en su proyecto sobre la revolucionaria pacifista Rosa Luxemburgo. En el espectáculo que escribió-con la supervisión dramatúrgica de Silvio Lang- dirige y protagoniza aparecen, en su última noche en la cárcel, las diversas facetas del compromiso de Rosa, la política, la feminista, incluso la ecologista atenta y sensible a la naturaleza. En esa noche en prisión, el espíritu libre de Rosa va enhebrando piezas del rompecabezas de su vida íntima y de la pública, a través de un honesto y aventurado trabajo de condensación que elude toda linealidad. Arístegui va marcando transiciones desde la actuación y el uso inteligente del espacio, creando atmósferas mediante proyecciones. En uno de los momentos más logrados y de mayor creatividad se escucha la bella voz lírica de Silvina Hilbert. Un retrato pleno de matices de una heroína que se salió del molde masculino dominante, defendió a su género y demostró una gran integridad moral para luchar por un socialismo democrático, con rostro humanizado.



Sudestada-nov.2010

Una mujer perseguida recuerda y revive su vida, su amor, sus combates contra un sistema esencialmente injusto y sus peleas contra las burocracias que a la hora de la acción prefieren los sillones a las barricadas o, peor aún, aceptan gustosos el papel de verdugo. Esa mujer es Rosa Luxemburgo, una de las revolucionarias más grandes de la historia.
Alejandra Arístegui asume el enorme desafío de llevar al escenario las horas finales de esta militante socialista, en las que el pasado se mezcla con un presente de botas y bayonetas y se convierte en futuro. Las palabras de Rosa estremecen a casi un siglo de distancia por la pasión que las anima y por la contundencia de su claridad política. Desde una tribuna, desplegando esa oratoria que la hizo famosa, advierte a quienes creen que reformistas y revolucionarios luchan por la misma meta con distintos medios: se equivocan, son metas diferentes. Introspectivamente, recupera una afirmación de Marx, poco citada y menos comprendida:"Cada paso del movimiento real vale más que una docena de programas". Pero junto con esas preocupaciones, y no contra ellas, se eleva una mujer que ama a su compañero y que exige también una "ración diaria de felicidad".
Los medios audiovisuales y el manejo de las luces ayudan a reconstruir los momentos que Rosa evoca. Profunda, política y emocionalmente, la obra consigue un objetivo tal vez demasiado herético para el teatro actual: terminado el unipersonal, uno se ve empujado a conseguir un libro de Rosa y leerlo sin pestañear.

Valeria Ianni

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Escritos

- La clase obrera moderna debe pagar un alto precio por cada avance en su misión histórica. El camino al Gólgota de su liberación de clase está plagado de sacrificios espantosos. Los combatientes de Junio, las víctimas de la Comuna, los mártires de la Revolución Rusa: una lista interminable de fantasmas sangrantes. Han caído en el campo del honor, como dijo Marx refiriéndose a los héroes de la Comuna, para ocupar para siempre su lugar en el gran corazón de la clase obrera. Ahora millones de proletarios están cayendo en el campo del deshonor, del fratricidio, de la autodestrucción, con la canción del esclavo en sus labios. Ni eso se nos ha perdonado. Somos como los judíos que Moisés llevó por el desierto. Pero no estamos perdidos y la victoria será nuestra si no nos hemos olvidado cómo se aprende. Y si los dirigentes modernos del proletariado no saben cómo se aprende, caerán para “dejar lugar para los que sean más capaces de enfrentar los problemas del mundo nuevo”.

(Huelga de masas, partido y sindicatos.)

- Cada constitución legal es producto de una revolución. En la historia de las clases, la revolución es un acto de creación política, mientras que la legislación es la expresión política de la vida de una sociedad que ya existe. La reforma no posee una fuerza propia, independiente de la revolución. En cada periodo histórico la obra reformista se realiza únicamente en la dirección que le imprime el ímpetu de la última revolución, y prosigue mientras el impulso de la última revolución se haga sentir. Más concretamente, la obra reformista de cada periodo histórico se realiza únicamente en el marco de la forma social creada por la revolución. (Reforma o revolución.)

Los consejos deben ejercer todo el poder estatal. Á

ese fin debemos dirigir nuestras actividades en el futuro inmediato, y es obvio que si

aplicamos esta línea la lucha no dejará de intensificarse inmediata y colosalmente. Paso a

paso, en lucha cuerpo a cuerpo, en cada provincia, en cada ciudad, en cada aldea, en cada

comuna, todos los poderes estatales deben pasar, pieza por pieza, de la burguesía a los

consejos de obreros y soldados.

Pero antes de tomar estas medidas los militantes de nuestro partido y los proletarios

en general deben educarse y disciplinarse. Aun en los lugares donde los consejos de

obreros y soldados ya existen, no comprenden por qué existen. [¡Muy bien!] Debemos

hacer comprender a las masas que el consejo de obreros y soldados debe ser el eje de la

maquinaria estatal, que debe concentrar todo el poder en su seno y que debe utilizar dichos

poderes para el único inmenso propósito de realizar la revolución socialista. Todavía los

obreros organizados para formar consejos de obreros y soldados distan mucho de

comprender esa perspectiva, y sólo minorías proletarias aisladas comprenden las tareas que

les incumben. Pero no hay razón para quejarse de ello, puesto que es normal. Las masas

deben aprender a ejercer el poder, ejerciendo el poder. No hay otro camino. Felizmente,

quedaron atrás los días en que nos proponíamos "educar" al proletariado en el socialismo.

Parecería que los marxistas de la escuela de Kautsky siguen viviendo en esas épocas

pasadas. Educar en el socialismo a las masas proletarias significaba distribuir volantes y

folletos, hacer conferencias. Pero ése no es hoy el método de educar a los proletarios. Hoy,

los obreros aprenderán en la escuela de la acción. [¡Muy bien!]

Nuestro evangelio dice: en el principio era el hecho. La acción significa para nosotros

que los consejos de obreros y soldados deben comprender su misión y aprender a

convertirse en las únicas autoridades públicas en toda la extensión del reino. Sólo así

prepararemos el terreno de modo que todo esté dispuesto cuando llegue la revolución que

coronará nuestra obra. Deliberadamente, y con plena conciencia del significado de estas

palabras, os dijimos ayer, os dije yo en particular: "¡No creáis que las cosas serán fáciles en

el futuro!" Algunos camaradas imaginan erróneamente que yo sostengo que podemos

boicotear la Asamblea Nacional y cruzarnos de brazos. Es imposible, en el tiempo que nos

queda, discutir a fondo el problema, pero permitidme decir que yo jamás quise significar

semejante cosa. Yo quise decir que la historia no va a facilitamos la revolución como

facilitó las revoluciones burguesas. En esas revoluciones bastó con derrocar el poder oficial

central y entregar la autoridad a unas cuantas personas. Pero nosotros debemos trabajar

desde abajo. Allí se revela el carácter masivo de nuestra revolución, que busca transformar

la estructura de la sociedad. Es una característica de la revolución proletaria moderna que

no debamos conquistar el poder político desde arriba sino desde abajo.

El 9 de noviembre fue un intento, un intento débil, desganado, semiconsciente y

caótico de derrocar la autoridad pública y poner fin al dominio de la propiedad privada. Lo

que nos incumbe ahora es concentrar deliberadamente todas las fuerzas del proletariado

para atacar las bases mismas de la sociedad capitalista. Allí, en la base, donde el patrón

enfrenta a sus esclavos asalariados; allí, en la raíz, donde los órganos ejecutivos de la

propiedad enfrentan a los objetos de su gobierno, a las masas; allí, paso a paso, debemos

arrancar el poder de las clases dominantes, tomarlo en nuestras manos. Trabajando con

esos métodos puede parecer que el proceso será bastante más pesado de lo que

imaginábamos en el primer arrebato de entusiasmo. Creo que debemos comprender con

toda claridad las dificultades y complicaciones que aparecen en el camino de la revolución.

Espero que en vuestro caso, como en el mío, la descripción de las dificultades enormes que

debemos enfrentar, de las inmensas tareas que debemos asumir, no disminuirá el

entusiasmo ni paralizará las energías. Todo lo contrario, cuanto mayor la tarea, mayor el

fervor con el que concentraréis vuestras energías. Tampoco debemos olvidar que la

revolución puede obrar con extraordinaria velocidad. No trataré de predecir cuánto tiempo

necesitaremos. ¿Quién de nosotros se preocupa por el tiempo, mientras alcance la vida para

lograr el objetivo? Bástenos tener claridad acerca del trabajo que nos aguarda; he tratado de

bosquejar lo mejor posible, en rasgos generales, el trabajo que tenemos por delante.

[Aplausos tumultuosos.] ( Ultimo discurso de R.L.)

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